sábado, julio 05, 2008

Sinceramente...


Si ya sé, yo tengo algunos problemitas. No es que sea una intolerante (Dios no lo permita), pero odio a todos los taxistas, sin excepción. Me parecen unos mafiosos, prepotentes, sabios medio pelo, con capacidad de hablarte de cualquier tema de la escena nacional o internacional, ciencia, biología, psicolingüística, política exterior, pediatría, homeopatía. Son politólogos, licenciados en diversas disciplinas y docentes. Odio que chisten todo el tiempo, a manera de queja por cuánta cosa acontece en el tránsito, que resoplen, que suspiren, y que tengan el radio llamado al máximo volumen mientras escuchan a Chiche Gelblung y mandan mensajitos de texto.


Tengo problemas con la gente que “me mastica” la tostada al lado del oído ni bien me levanto, y lo hace con un placeeeeeer, y mientras tragan, te comentan los titulares de TN porque como sufren de insomnio crónico, ya hace 5 hs. que están despiertos.


Odio que me llamen insistentemente al celular, si por casualidad me estaba bañando me dejan 20 llamadas perdidas, y yo de bronca no los atiendo por el resto de la semana. ¿Pero que les pasa? ¿Se pensarán que no me quedan registradas?


Me molesta que vivan pidiéndome perdón, disculpas y permiso todo el santo tiempo. ¡¡Bastaaaaaaa de tanto respeto!!


Tengo serios inconvenientes para devolver las películas a tiempo, pueden pasar semanas o meses. Cuando me llaman reclamándola niego rotundamente que yo haya alquilado esa película tan bizarra. Hasta que me invitan amablemente a concurrir al local para mirar la filmación del día en que se alquiló la película para ver si reconozco a alguien. Es en ese momento cuando aparece algún tío, o un padre separado que se junto con una tipa que tiene 6 hijos y la mayor es una hippie irresponsable que segurooooooo alquiló “El Ataque de los Tomates asesinos”.


Odio que mi papá sea tan ordenado, que esté siempre atrás mío con mis cosas, que me siga por la casa con mi carpeta. Darme vuelta y verlo con alguna pertenencia mía , me sacaaa de quicio.


Tengo problemas serios con los testigos de Jehová, con la gente que toca el timbre en mi casa, con mi vecina llena de hijos que corretean por la vereda ondulada a las 2 de la tarde con el triciclo, con el desperdicio del agua, con que me ofrezcan promociones en el supermercado, con la ley, con los municipales, con la gente que grita y gesticula para llamar la atención, con los que me invitan a ver sus fotos y videos de vacaciones, quince de la nena, luna de miel, etc.


Me molesta también que la comida sea escasa y que la moza traiga un solo platito de maní si somos 10 en la mesa, o sea, ¿no es lógica pura?


Tengo problemas con mi pasado, vivo rodeada de espíritus y fantasmas de otras vidas, me hablan, me sugieren cosas, no los dejo ir, no me gusta cerrar etapas. Sufro de nostalgias, algunas cosas no necesitan ni cambiar ni transcurrir!!