domingo, febrero 21, 2010


La vi al pasar, como esas extrañas escenas que parecen de otro lugar.

Se acercó a mí sin demora, sonriendo de forma exagerada. Feliz por reencontrarme.Yo, en cambio, invadida por nostalgias me mantuve inmóvil. Me dejé abrazar, como si en ese gesto pudiésemos recuperar tanto tiempo perdido.

Aquel largo abrazo lleno de lágrimas calladas, era algo que estaba ocurriendo para siempre en mi propia vida.

Me miró fijo, y me dijo "Seguís sonriendo con los ojos"-... -"Cierto"-
me limité a contestar. No es la primer persona que me recuerda tal particularidad. Mi abuela solía repetirme que mis ojos se reían a carcajadas sin que mi boca se enterara.

"Bueno, ¿Y? ¿Te vas a quedar ahí parada, o me vas a invitar a tomar un café con crema y canela?"- dijo aireada, arrancándome violentamente de mis recuerdos.

Fuimos al bar más cercano, llovía intensamente y estaba anocheciendo... Abrió las tres puertas que nos separaban del lugar elegido, de forma tan decidida y soberbia, que me recordó en un instante porqué habíamos sido, durante algún tiempo, tan buenas amigas.

Pidió sin demora, y aclaró al mozo "para la señorita el café tiene que ser en jarrita"-... Volví a sonreir con la mirada. Nadie me conocía tan bien como ella. Testigo inmemorial de mis miedos más intensos.

Charlamos largamente, sin reproches... No recuerdo el motivo de nuestra distancia. No debe haber sido una razón seria, sino la recordaría. La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda, para contarla.

Es cierto que en algún momento de nuestra amistad, quise generar en ella conciencia del amor. No entendía porqué se empecinaba en amar a alguien que la maltrataba. "Conciencia del amor"... fué lo primero que perdí cuando me enamoré. Me arrepiento de haberla juzgado, nadie puede juzgar a otro enamorado, nadie sabe lo que allí ocurre, ni siquiera un otro que también se encuentre amando.

"Lamento haberte perdido, y brindo por haberte recuperado"-dijo, y me trajo nuevamente a la mesa de café que estabamos compartiendo.

Se acercó una conocida a saludarla, y ella nos presentó brevemente. Volví a abstraerme. Las miraba charlar sin escuchar, observaba como las gotas de lluvia se escurrían por la ventana, el mozo apurado tomaba un pedido en el extremo del bar a una pareja que parecía pelear.
Retiré la mirada y vi mi café, aún sin tomar... mis manos quietas, reposadas... sin urgencias. Son pedazos de absoluto que uno arranca a la vida, que es tan relativa...

lunes, febrero 15, 2010

Tomas instantáneas de un día lluvioso...

Parece que el día se hubiera estacionado a las 6 de la tarde del día más lluvioso del año desde que amaneció. Es impresionante, ¿de dónde viene y a dónde se va tanta agua? No lo sé.


Lo que sí sé es que me faltan tus manos para completar este día. Recuerdo que una de las veces que mejor la pasamos estaba lloviendo… No hicimos mucho, solo caminar de la mano, platicar tonterías, reírnos… y después, bailar. Y no sé, pero a lo largo de estas horas pensé que si seguía lloviendo era porque esas nubes querían que nos viéramos, que si seguían derramando agua era porque nos estaban dando tiempo para ir y buscarnos las manos.


Mira, pasan los minutos y no para de llover… ¿Te imaginas que no dejara de llover hasta que no nos viéramos otra vez? Eso sí, algo de mágico tiene esta lluvia, porque es lo único que me ha puesto de buenas después de estos días de no estar contigo.



El solo pararme frente a la ventana, con el vidrio empañado, me llena de una paz que pocas cosas me causan. No te tengo, es verdad, pero, como te dije hace poco, el simple hecho de saber que existes, el solo saber que estás en algún punto, y que no solo me lees, sino que ahora también me escribes con una dedicación que nadie me había procurado, hace que no me deprima, al menos no tanto…




¿Te imaginas un mundo sin letras? Un mundo sin palabras con las cuales crear nuevas cosas, nuevas expresiones… ¿Te imaginas un mundo sin los poemas que te he escrito?



¿Te imaginas un mundo sin lluvia? ¿Te imaginas no poder salir, voltear al cielo y sacar la lengua para sentir esas frescas gotitas de agua en tu boca? Y es que la lluvia también es un lenguaje. La lluvia me habla de cosas nuevas, de renovación, de un respiro…
La lluvia me escribe en la tierra con charquitos que mi alma va a estar bien…





Texto: Gracias a mi amiga Tay Almada, que generosamente me ha permitido ilustrar las fotografías con fragmentos de su texto "Carta abierta en un día de lluvia".
Fotografías: María Carolina.


sábado, febrero 13, 2010

Llueve



Llueve
sobre la arena, sobre el techo
el tema
de la lluvia:
las largas eles de la lluvia lenta
caen sobre las páginas
de mi amor sempiterno,
la sal de cada día:
regresa lluvia a tu nido anterior,
vuelve con tus agujas al pasado:
hoy quiero el espacio blanco,
el tiempo de papel para una rama
de rosal verde y de rosas doradas:
algo de la infinita primavera
que hoy esperaba, con el cielo abierto
y el papel esperaba,
cuando volvió la lluvia
a tocar tristemente
la ventana,
luego a bailar con furia desmedida
sobre mi corazón y sobre el techo,
reclamando
su sitio,
pidiéndome una copa
para llenarla una vez más de agujas,
de tiempo transparente,
de lágrimas.

Pablo Neruda
* Fotografía: la ventana de mi habitación.

miércoles, febrero 03, 2010

Te lo ruego...


No conforme con tus ojos, te propongo menos cielo y más abrazo... Hace tiempo que te sueño y ya no sé cómo explicárselo a estas manos...