
Soy la única mujer a bordo de mi barco.
Los otros son monstruos que no hablan,
Tigres y osos que amarré a los remos,
Y mi desprecio reina sobre el mar.
Adoro oscilar en el viento como los mástiles,
Y amo abrirme en la brisa con las velas.
Hay momentos que son casi olvido,
De una locura inmensa de regreso.
Mi patria es donde el viento pasa,
Mi amado es donde la marea sube,
Mi deseo es el rastro que se queda en la arena,
Y nunca recuerdo este sueño, y nunca duermo.
Gracias Sophia
6 comentarios:
mmm, este escrito me ha traido deseos de libertad...
con el viento golpeandome mientras navego.
un besazo
Increíble poema, Caro...
lo disfruté mucho
un besote grande
críptico este poema caro, como la imagen... pero muy bien construído.
besitos, maría
Hay algo en mi blog, nuevo, y por aquí??? se espera con ansias!
Llegué a tu blog a través de Vinicius de Morais, y me he encontrado con un lugar donde me ha gustado recalar.
Te visitaré de vez en cuando, con tu permiso.
Un saludo desde Santiago de Compostela.
Silencio, la mar ha quedado en calma, perdido en la noche ha quedado un recuerdo.
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