viernes, diciembre 24, 2010


El amor es religioso. Sacralización de los momentos...
El teléfono desde donde te llamé. El café en que me dijiste que sí, bueno, que vos también de alguna manera era evidente que me querías.La esquina que nos tuvo a los gritos una hora.
El amor detiene, registra, hace un templo de los detalles, y es en la obsesión por banalidades donde lo reconozco.
Pero no se lo digo porque el sacerdocio es cosa de uno...
Lástima que nunca escuchaste el llamado.

sábado, julio 24, 2010



- Devolveme la vida que me quitaste.
- ¿?
- Hace cuatro años que perdí la vida. Hace cuatro años que vivo a tu sombra...

Continuará...

domingo, julio 18, 2010

Si supiera cómo...


Veo pasar el día por mi ventana. Gris, frío, interminable…

Juego de niños. Se espera un llamado. Se espera rondando el teléfono y subrayando la ansiedad con Roland Barthes. Tengo su libro forrado en papel manteca; lo llevo a la cama, lo leo en la cocina; lo traslado en mi bolso. “Espero una llegada, una reciprocidad, un signo prometido. Puede ser fútil o enormemente patético. Todo es solemne: no tengo sentido de las proporciones”

Leo veinte, veinte mil veces el capítulo de la espera. Leo y corrijo, agrego: “Cuando se espera no se puede hacer ninguna otra cosa. La espera inhabilita para leer, mirar por la ventana o escribir una carta. Los nervios se concentran en esperar o, a lo sumo, registrar el propio reloj respecto del de la cocina. La escena está atravesada por una decisión: en qué momento la espera se vuelve ostensiblemente inútil. Cuándo se debe dar la pulseada por perdida y resignarse a encarar el camino hacia su número o calle”

- No puedo pensar en mí cuando no estás.

- ¿Y ahora?

- Ahora nada... Ahora ya sé.


Pero me deja sola con mi espera…

Continuará....

sábado, junio 26, 2010

No es amor


- No hablemos de amor
- No
- Esto no es amor
- No
- No es amor
- No - trago-, no.

Continuará....

viernes, junio 18, 2010

Viceversa

Así, exactamente así, me siento hoy... como si lo hubiese escrito yo...
Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
... desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte y
temores de oírte

o sea resumiendo
estoy jodido y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también viceversa.
Mario Benedetti

domingo, abril 11, 2010

Clarice...


Al paso que amar, yo puedo hasta la hora de morir.
Amar no acaba.
Es como si el mundo estuviese a mi espera.
Y YO VOY AL ENCUENTRO DE LO QUE ME ESPERA

domingo, marzo 21, 2010

Soy sinceramente tuya...

Fotografía: María Carolina

“El resto es mar” – dijo con la mirada perdida, y me sonrió con ojos que me miraron para siempre.
No necesitábamos decir demasiado, era solo mirarnos. Suficiente.

Silencio. Susurros. Secretos.

Nuestra relación estaba condenada a eso, era algo irreparable. No insistíamos en modificarla. Aprendimos a disfrutarla así, complicada, callada, escondida… nos gustaba eso.
Se paró, y me tendió la mano para que camináramos por esa playa kilométrica. Hacía frío y me abroché la campera. Adoro el viento frío en la cara. “Cuando muera voy a extrañar eso”, dije, y se largó a reír… me dio un beso en la mejilla, de esos que sonrojan… y sentí una sensación de naufragio. Nunca supe donde poner tanto amor.

Silencio. Susurros. Secretos.

Caminamos largo, sin hablar. De la mano. La suya estaba increíblemente fría, acorde al clima… nuestras almas insistían en seguir y las gaviotas, cansadas de luchar contra el viento, nos abandonaban…
El amor que le tengo me desborda, me ahoga, me inunda, me desvasta. Yo solo quiero estar a su lado. No importa cómo, ni a que precio. A su lado. Eternamente, sigilosamente, silenciosamente.
No había una puerta, una grieta de un muro, un rostro humano, que a su lado no tuviese dentro de mí, una resonancia sobrenatural.

Silencio. Susurros. Secretos.

Saber que mi amor exagerado no es correspondido, se ha convertido en mi fantasma personal. Su alma me adora, y me ama… pero no a mi manera... Ahí estaba, pues, el infierno tan temido.
Suspiré, le dije cuánto amaba su compañía… que mi vida sin la suya no tenía demasiado sentido (decirle que definitivamente no tenía sentido me pareció demasiado)
“Te amo” dije sin vacilar. Me sonrió, y me dio otro beso en la mejilla, de esos que sonrojan. Nunca supe donde poner tanto amor…

Cada uno sabe el dolor y la delicia de ser lo que es. ¿No Caetano?

domingo, febrero 21, 2010


La vi al pasar, como esas extrañas escenas que parecen de otro lugar.

Se acercó a mí sin demora, sonriendo de forma exagerada. Feliz por reencontrarme.Yo, en cambio, invadida por nostalgias me mantuve inmóvil. Me dejé abrazar, como si en ese gesto pudiésemos recuperar tanto tiempo perdido.

Aquel largo abrazo lleno de lágrimas calladas, era algo que estaba ocurriendo para siempre en mi propia vida.

Me miró fijo, y me dijo "Seguís sonriendo con los ojos"-... -"Cierto"-
me limité a contestar. No es la primer persona que me recuerda tal particularidad. Mi abuela solía repetirme que mis ojos se reían a carcajadas sin que mi boca se enterara.

"Bueno, ¿Y? ¿Te vas a quedar ahí parada, o me vas a invitar a tomar un café con crema y canela?"- dijo aireada, arrancándome violentamente de mis recuerdos.

Fuimos al bar más cercano, llovía intensamente y estaba anocheciendo... Abrió las tres puertas que nos separaban del lugar elegido, de forma tan decidida y soberbia, que me recordó en un instante porqué habíamos sido, durante algún tiempo, tan buenas amigas.

Pidió sin demora, y aclaró al mozo "para la señorita el café tiene que ser en jarrita"-... Volví a sonreir con la mirada. Nadie me conocía tan bien como ella. Testigo inmemorial de mis miedos más intensos.

Charlamos largamente, sin reproches... No recuerdo el motivo de nuestra distancia. No debe haber sido una razón seria, sino la recordaría. La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda, para contarla.

Es cierto que en algún momento de nuestra amistad, quise generar en ella conciencia del amor. No entendía porqué se empecinaba en amar a alguien que la maltrataba. "Conciencia del amor"... fué lo primero que perdí cuando me enamoré. Me arrepiento de haberla juzgado, nadie puede juzgar a otro enamorado, nadie sabe lo que allí ocurre, ni siquiera un otro que también se encuentre amando.

"Lamento haberte perdido, y brindo por haberte recuperado"-dijo, y me trajo nuevamente a la mesa de café que estabamos compartiendo.

Se acercó una conocida a saludarla, y ella nos presentó brevemente. Volví a abstraerme. Las miraba charlar sin escuchar, observaba como las gotas de lluvia se escurrían por la ventana, el mozo apurado tomaba un pedido en el extremo del bar a una pareja que parecía pelear.
Retiré la mirada y vi mi café, aún sin tomar... mis manos quietas, reposadas... sin urgencias. Son pedazos de absoluto que uno arranca a la vida, que es tan relativa...

lunes, febrero 15, 2010

Tomas instantáneas de un día lluvioso...

Parece que el día se hubiera estacionado a las 6 de la tarde del día más lluvioso del año desde que amaneció. Es impresionante, ¿de dónde viene y a dónde se va tanta agua? No lo sé.


Lo que sí sé es que me faltan tus manos para completar este día. Recuerdo que una de las veces que mejor la pasamos estaba lloviendo… No hicimos mucho, solo caminar de la mano, platicar tonterías, reírnos… y después, bailar. Y no sé, pero a lo largo de estas horas pensé que si seguía lloviendo era porque esas nubes querían que nos viéramos, que si seguían derramando agua era porque nos estaban dando tiempo para ir y buscarnos las manos.


Mira, pasan los minutos y no para de llover… ¿Te imaginas que no dejara de llover hasta que no nos viéramos otra vez? Eso sí, algo de mágico tiene esta lluvia, porque es lo único que me ha puesto de buenas después de estos días de no estar contigo.



El solo pararme frente a la ventana, con el vidrio empañado, me llena de una paz que pocas cosas me causan. No te tengo, es verdad, pero, como te dije hace poco, el simple hecho de saber que existes, el solo saber que estás en algún punto, y que no solo me lees, sino que ahora también me escribes con una dedicación que nadie me había procurado, hace que no me deprima, al menos no tanto…




¿Te imaginas un mundo sin letras? Un mundo sin palabras con las cuales crear nuevas cosas, nuevas expresiones… ¿Te imaginas un mundo sin los poemas que te he escrito?



¿Te imaginas un mundo sin lluvia? ¿Te imaginas no poder salir, voltear al cielo y sacar la lengua para sentir esas frescas gotitas de agua en tu boca? Y es que la lluvia también es un lenguaje. La lluvia me habla de cosas nuevas, de renovación, de un respiro…
La lluvia me escribe en la tierra con charquitos que mi alma va a estar bien…





Texto: Gracias a mi amiga Tay Almada, que generosamente me ha permitido ilustrar las fotografías con fragmentos de su texto "Carta abierta en un día de lluvia".
Fotografías: María Carolina.


sábado, febrero 13, 2010

Llueve



Llueve
sobre la arena, sobre el techo
el tema
de la lluvia:
las largas eles de la lluvia lenta
caen sobre las páginas
de mi amor sempiterno,
la sal de cada día:
regresa lluvia a tu nido anterior,
vuelve con tus agujas al pasado:
hoy quiero el espacio blanco,
el tiempo de papel para una rama
de rosal verde y de rosas doradas:
algo de la infinita primavera
que hoy esperaba, con el cielo abierto
y el papel esperaba,
cuando volvió la lluvia
a tocar tristemente
la ventana,
luego a bailar con furia desmedida
sobre mi corazón y sobre el techo,
reclamando
su sitio,
pidiéndome una copa
para llenarla una vez más de agujas,
de tiempo transparente,
de lágrimas.

Pablo Neruda
* Fotografía: la ventana de mi habitación.

miércoles, febrero 03, 2010

Te lo ruego...


No conforme con tus ojos, te propongo menos cielo y más abrazo... Hace tiempo que te sueño y ya no sé cómo explicárselo a estas manos...

jueves, enero 21, 2010

O mar...

Mar del Plata - Enero 2010

Las rocas encuentran alas en la espuma.
Ninguna despedida compensa
la fidelidad de la casa.